Desde hace varios años, los diferentes gobiernos han venido promoviendo una serie de iniciativas de modernización para lograr un Estado más simple y eficiente respecto de la digitalización de procesos, siendo uno de los pilares de modernización el desarrollo de un gobierno electrónico, que se ha traducido en la incorporación de las tecnologías de la información en pro de la modernización de la gestión interna y también la interacción con proveedores y ciudadanos.
El rumbo que ha tomado el Gobierno, por una parte, ha sido tratar de ponerse al día en la digitalización, la interoperatividad, avances en la firma electrónica, etcétera. Debe, además, tener una visión de largo plazo que se traduce en la simplificación administrativa, traducido en la eliminación de burocracia, el uso de los datos y la generación de plataformas que hagan esto posible.
Las autoridades han comprendido que la digitalización nos permite simplificar procesos que mejoran la calidad de vida de todos, y que van desde la reducción de procesos burocráticos, hasta tener la posibilidad de contar con documentos e información de forma inmediata en todo momento y lugar, acelerando actividades hasta disminución de gastos. Sobre esto, es importante que no sólo los ministerios o instituciones gubernamentales den un paso digital, sino que empresas, organizaciones, servicios de salud y educación, también se sumen, con el propósito de aportar al crecimiento y progreso del país.
A pesar de los avances, es imperativo no seguir desaprovechando las oportunidades y desafíos que implican los avances en materia digital y en telecomunicaciones. Sabemos que respecto de otros países, Chile se está quedando atrás, porque aunque tengamos internet en el teléfono, dispositivos modernos y un buen avance en comparación con nuestros vecinos, el camino es largo aún y la tecnología no se ha incorporado lo suficiente a la economía, a la modernización del Estado, a la conectividad regional y humana.
Por otro lado, como industria necesitamos que el Estado comprenda que la visión de transformación digital implica rediseñar los servicios públicos de cara al ciudadano, con mayor eficiencia, portabilidad, seguridad, interoperatibilidad y simplicidad. Es la base del ecosistema digital.
Es una tarea urgente avanzar hacia un Chile tecnológico, ya que esta es la forma de lograr un desarrollo más expedito. Es muy importante que tomemos el camino hacia la digitalización y un buen punto de partida para ello es que nuestra administración incorpore sus beneficios y su urgencia dentro de sus lineamientos y planificación. No contar con medidas efectivas en el tema y políticas públicas que potencien e incentiven el aspecto digital, sólo nos causará un estancamiento y la imposibilidad de superar desafíos propios de nuestra sociedad.
Los beneficios son innumerables, puesto que tomar este camino nos permitirá convertirnos en una sociedad que incorpora la tecnología en todas sus esferas, ya sea en el área económica, modernización del Estado, la transformación digital de la empresa, la conectividad regional y humana, el gobierno digital y el capital humano, para que puedan desarrollarse y funcionar de manera mucho más fructífera, creando oportunidades y beneficios para todos.
