Ley de protección de datos: una necesidad con una anomalía reparable

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Por ACTI, Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información A.G.

El proyecto de la Ley de Protección de Datos era un muy buen proyecto. Fue fruto de una mesa de trabajo donde participamos diversos actores en una mesa público-privada activa y que buscaba consensos. Eso hasta que hace unos días la Comisión Mixta lo aprobó para ser votado en ambas salas con modificaciones al artículo 35, buscando aumentar las sanciones a montos que pueden significar incluso la quiebra de empresas de cualquier tamaño.

Podemos entender que se quiera ajustar la ley a estándares Europeos, pero como estaba definido el proyecto, ya los cumplía en la versión propuesta por la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados.

Nos preocupa que esto no fue parte del acuerdo inicial entre las partes, que era definir un máximo razonable, dependiendo del nivel de la infracción, y varió finalmente hasta el 4% de los ingresos del año anterior, y que podrían llegar hasta las 20.000 UTM, junto con la imposibilidad de ser ajustada a un porcentaje de las ventas o servicios efectivos del giro. Al parecer, no se hicieron correctamente los cálculos al querer definir un monto que parece antojadizo, sin considerar otra multiplicidad de factores.

Como está actualmente – y cómo será votado -, termina desde nuestro punto de vista con el espíritu de la ley, que pasa desde proteger a las personas, hacia multar de manera irracional a las empresas, volviéndose menos sostenibles en el tiempo, sin importar su tamaño.

Y por otra parte, desincentiva el desarrollo de la economía digital, donde la disponibilidad de la información es clave para poder crear nuevos y mejores servicios para todo el ecosistema económico, con un mercado competitivo, que sólo genera beneficios.

Creemos que en adelante veremos un panorama de excesiva judicialización de los casos que se consideren como infracciones, más que innovación y desarrollo.

Insistimos que fue un buen proyecto, que demostró que se puede colaborar virtuosamente, donde vimos una voluntad de trabajo conjunto que probablemente no se ha visto en otros ámbitos, pero el resultado final no dio cuenta de eso, y debe ser reparado con urgencia antes de ser promulgado. O de lo contrario, más que beneficios, sólo veremos retrocesos y trabas.