LLEGÓ EL MOMENTO DE CHILE

Por RAÚL CIUDAD, PRESIDENTE ACTI
Las nuevas tecnologías digitales han transformado la forma en la que nos desenvolvemos día a día. Gobierno, empresas, personas e incluso familias y amigos viven esta revolución en carne propia a diario y es un hecho que saldrán adelante con éxito aquellos que mejor se adecúen al actual entorno digital. Por ejemplo, los procesos de digitalización en nuestro país han visto múltiples cambios, como en el caso de los procesos notariales y hasta la Firma Electrónica Avanzada.
Sobre este último punto, en pro de la modernización del Estado, el gobierno implementó la Firma Electrónica Avanzada que permite que documentos e instrumentos privados o públicos, sean certificados mediante un sistema encriptado que protege Armas y datos personales, con el objetivo de identificar, de forma más segura, a un usuario que realiza trámites por medio de Internet.
La implementación de este mecanismo, impulsado por la Unidad de Modernización del Estado y Gobierno Digital, supone ser un sistema de identidad de personas robusto, con altos estándares de seguridad y con tecnología de punta. Para esto último, la cédula sirve como tóken de autenticación para ser utilizado en cualquier proceso transaccional.
Sin embargo, nuestro país tiene mucho por avanzar. Si el Estado se lo propone, se podrían realizar diversos trámites de forma más efectiva y segura. Por ejemplo, en el área de la salud, se podría asignar de mejor forma los recursos estatales, ya que se sabría de forma precisa quiénes son las personas que realmente deben recibir algún beneficio específico.
Al presente, el funcionamiento de este tipo de procesos no tiene un nivel de desarrollo avanzado, ya que las bases de datos utilizadas son poco confiables y muchas veces el sistema es burlado. Por eso, para este y otros casos, el uso de la Firma Electrónica Avanzada es fundamental. Sólo falta que las autoridades decidan dar el salto tecnológico y aprovechar los beneficios que tenemos a nuestro alcance.
Las herramientas de la tecnología digital en los sectores tradicionales son múltiples y tienen el potencial de mejorar un sinnúmero de procesos que se llevan a cabo en el seno de toda índole, pero si ésta no advierte la necesidad de que la digitalización de los procesos no solo comprende aparatos electrónicos y de red, probablemente nunca prosperen y el potencial de mejorar procesos se verá truncado.
Y es que la utilización de la Arma electrónica es un beneficio a gran escala para todo Chile, tanto en términos de productividad, simplificación de sus trámites, mayor eficiencia del tiempo, entre otros puntos que de todos modos mejoran la calidad de vida de las personas, provocando de esta forma, que como país estemos mejor posicionados en temas de competitividad, permitiendo alcanzar el potencial con el que ya contamos en el país.

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