La Firma Electrónica Avanzada: eje para una modernización notarial segura y accesible en Chile

Rafael Pérez, presidente de la Mesa de Certificación Electrónica Acreditada de ACTI

La modernización del sistema notarial en Chile es una necesidad urgente para construir un Estado más eficiente y accesible para la ciudadanía. Desde la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información (ACTI) reafirmamos la importancia de impulsar la digitalización de los trámites notariales, contando con la Firma Electrónica Avanzada (FEA) como una herramienta clave para garantizar seguridad, accesibilidad y eficiencia en estos procesos. La transformación digital bien implementada no solo agiliza la atención ciudadana, sino que fortalece la seguridad jurídica al incorporar tecnologías de punta que previenen fraudes y errores humanos.

Chile cuenta con un marco normativo sólido para la implementación de la FEA. La Ley N°19.799 sobre documentos electrónicos y firmas electrónicas, vigente desde 2002, equipara jurídicamente los documentos electrónicos firmados digitalmente con los tradicionales en papel​ (carey.cl). Es decir, un contrato o documento suscrito con firma electrónica avanzada tiene la misma validez legal que uno firmado de puño y letra ante notario. La FEA no es una novedad reciente, sino una tecnología consolidada y reconocida globalmente. Cuenta con el respaldo de la legislación chilena y cumple con estándares internacionales, configurándose como una solución segura, legal y eficientemente probada en el tiempo​ (diarioestrategia.cl). Estos estándares –alineados con las mejores prácticas globales en identificación y criptografía– brindan garantías de integridad del documento y autenticidad del firmante, elevando la confianza en las transacciones digitales.

En este contexto, ACTI, a través de su Mesa de Firma Electrónica, congrega a los líderes de la certificación digital para establecer estándares técnicos comunes y ha asumido un rol protagónico para modernizar el ecosistema notarial mediante la promoción de la firma electrónica. A través de su Mesa de Firma Electrónica, nuestra asociación reúne a los principales actores de la industria de certificación digital para colaborar en el desarrollo de normas técnicas comunes. Fruto de ese trabajo mancomunado, el sector tecnológico –en coordinación con autoridades– ha adoptado un estándar unificado de firmas digitales, alineado con las exigencias internacionales, que todas las empresas proveedoras de firma electrónica se comprometen a cumplir​. Asimismo, ACTI está impulsando la creación de un sello de cumplimiento y un validador común de firmas electrónicas que permitirá a cualquier ciudadano o institución verificar la autenticidad de documentos firmados digitalmente (ya sean firmas avanzadas o simples) de forma rápida y confiable. Estas iniciativas buscan reforzar la confianza en el sistema, asegurando que la masificación de la FEA venga acompañada de altos niveles de seguridad y estándares homogéneos en todo el mercado. Del mismo modo, las empresas miembros de ACTI especializadas en certificación electrónica continúan fortaleciendo sus mecanismos de verificación de identidad y protección de datos, de manera que obtener y usar una firma digital sea un proceso seguro y sencillo para todos los usuarios.

Pese a sus beneficios evidentes, persisten intentos por frenar el avance tecnológico en el ámbito notarial. Es sabido que en discusiones recientes sobre reforma de notarías han surgido posturas reticentes a la digitalización plena. En ocasiones, se han introducido exigencias de presencialidad para ciertos trámites sin una justificación técnica de peso, limitando el uso de la firma electrónica avanzada donde podría perfectamente aplicarse. Un ejemplo concreto fue la exclusión de los finiquitos laborales del uso de FEA obliga innecesariamente a trabajadores y empleadores a acudir presencialmente a una notaría, aun cuando la verificación digital del Registro Civil es igual de rigurosa​. De forma similar, en la reciente Ley 21.461 (conocida como “Devuélveme mi casa”), se impuso que los contratos de arriendo deban firmarse ante notario de forma presencial, añadiendo burocracia y costos para los ciudadanos sin aportar mejoras significativas en la seguridad jurídica​. Estas restricciones, más cercanas a una visión conservadora de la función notarial que a necesidades reales de probidad, perjudican a miles de personas que, gracias a la tecnología, podrían realizar sus diligencias con solo unos clics y con plena validez legal​ (diarioestrategia.cl). Es crucial entender que aprovechar la firma electrónica avanzada no mina la fe pública notarial, sino que la complementa y potencia, eliminando barreras geográficas y reduciendo tiempos de espera injustificados.

Lejos de plantear una disyuntiva entre tradición y modernidad, proponemos un camino de colaboración. Incluso dentro del propio gremio notarial hay voces que reconocen que la modernización y la función notarial no se excluyen entre sí, sino que la digitalización ofrece oportunidades para mejorar el servicio y adaptarlo a las necesidades del siglo XXI​. Por ello, ACTI insta a la cooperación entre el sector tecnológico, el Poder Judicial y los colegios notariales. Para una transformación digital exitosa, es clave la sinergia entre la experiencia notarial y la innovación tecnológica, con respaldo institucional y normativo del Estado. Todos compartimos el mismo objetivo final: un sistema notarial ágil, transparente y centrado en las personas.

Si bien la digitalización ha abierto nuevas oportunidades en el ámbito notarial, el proyecto de reforma a la Ley de Notarías – que tras casi seis años de tramitación avanza hacia su etapa final – expone desafíos legislativos que requieren soluciones urgentes. A fines de 2024, el Senado aprobó el texto y, en enero de 2025, la Cámara de Diputados visó la mayoría de las modificaciones, dejando pendientes solo seis puntos a resolver por una comisión mixta. Este avance, que introduce mejoras en transparencia y gestión, evidencia además un rezago en materia tecnológica: la digitalización integral de trámites, la implementación masiva de la Firma Electrónica Avanzada y el establecimiento de protocolos robustos para garantizar la integridad de los documentos digitales aún resultan insuficientes. Integrar plenamente la FEA en el marco normativo no solo modernizará el sistema, sino que también consolidará la confianza y seguridad en las transacciones notariales, cerrando la brecha entre el progreso digital del Estado y las prácticas tradicionales.

En este contexto, el proyecto de reforma a la Ley de Firma Electrónica también juega un papel clave en la modernización del sistema notarial, pues busca eliminar barreras que aún limitan su uso masivo y permitir que ciertos actos y contratos sean suscritos digitalmente sin necesidad de presencialidad ante notario. Destacan avances como la incorporación del sellado de tiempo, que otorga certeza sobre la fecha y hora de firma; la posibilidad de que la FEA y el sellado de tiempo sustituyan la autorización notarial en varios trámites; y la modificación de la Ley N°18.092 para habilitar la emisión y protesto de pagarés y letras de cambio en formato digital con plena validez ejecutiva.

En definitiva, la adopción de la Firma Electrónica Avanzada es clave para modernizar el sistema notarial y construir una sociedad digital más ágil y competitiva. La modernización del sistema notarial requiere colaboración y visión de país. Con tecnología y voluntad, Chile puede garantizar trámites ágiles y seguros, sin comprometer la fe pública. Como ACTI, reiteramos nuestro compromiso de seguir aportando conocimiento, experiencia y colaboración para que la transformación digital de los servicios notariales sea una realidad palpable. Modernizar el sistema notarial es tarea de todos: con diálogo, voluntad y una visión país, podremos construir un Chile donde los trámites esenciales estén al alcance de un clic, sin sacrificar la seguridad ni la fe pública, en beneficio de toda la comunidad.